El último episodio de Jujutsu Kaisen ha dejado a los fanáticos en un estado de agitación y debate, y no precisamente por la trama. La controversia ha surgido en torno al estilo de animación único que ha adoptado el estudio MAPPA, dividiendo al fandom entre aquellos que aplauden la valentía y originalidad, y aquellos que expresan reservas sobre este enfoque innovador.
Algunos fanáticos elogian la decisión del estudio de experimentar con un estilo de dibujo diferente, destacando la frescura y originalidad que aporta a la serie. Este cambio visual ha llevado a una narrativa visual única que potencia la experiencia del espectador, según sus defensores. Sin embargo, la realidad es que no todos están convencidos.
La división en el fandom se profundiza al considerar la preocupación de algunos fanáticos por la carga de trabajo de los animadores de MAPPA. La intensidad y complejidad del estilo de animación utilizado en el último episodio ha llevado a cuestionamientos sobre la salud y bienestar de los profesionales detrás de la obra. Esta preocupación agrega otra capa a la discusión, ya que los fanáticos no solo evalúan la animación en sí, sino también las condiciones de producción y su impacto en los animadores.
Entre las críticas más llamativas se encuentran los comentarios que expresan la idea de que “aplicaron la de Nanatsu no Taizai”. Esta comparación no pasa desapercibida, sugiriendo que algunos fanáticos ven similitudes en la calidad de animación entre el último episodio de Jujutsu Kaisen y ciertos episodios de otra serie.
En última instancia, la controversia en torno a la animación de Jujutsu Kaisen destaca la complejidad de satisfacer las expectativas de un público diverso. Mientras algunos celebran la valentía de explorar nuevos horizontes visuales, otros expresan inquietudes legítimas sobre las condiciones laborales de los animadores. En un mundo donde la calidad y la rapidez a menudo chocan, la recepción de este episodio refleja los desafíos en constante evolución de la industria de la animación.